Nuestra universidad, como muchas otras, tiene los problemas propios de cualquier institución pública en el Perú. De manera particular notamos problemas de presupuesto, problemas en la administración de ese presupuesto, problemas en la calidad de la enseñanza -como reflejo de los bajos salarios de los docentes- y a todo esto hay que agregar que a los encargados del gobierno actual y constantemente reciclados para ejercer dicha función, les falta entendimiento del tema en cuestión. La visión que tienen o quieren tener de la educación superior deviene de su condición social.
Así la última propuesta de la congresista Martha Hildebrant carece de realismo, por asi decirlo. Nos referimos, principalmente, al impacto social que ha causado y causará de ser aprobado su proyecto de ley en la Universidad Pública. Tantas veces nombrada en las campañas electorales y poca o nada atendida cuando este periodo acaba y el partido en el gobierno se siente seguro de la cuota de poder obtenida, es la universidad pública motivo de la preocupación de quienes en este momento realizamos nuestra preparación en ella.
De ahi nuestra posición. No aceptamos, ni aceptaremos que quien olvidó que la universidad es un centro de investigación y no un centro del cual sacar el dinero para parchar el presupuesto magro que se le asigna a ella intenten privatizarla con el cuentazo de: "Que paguen los que tienen, en favor de los que no tienen". O sea que los que "tienen" hagan caridad con los pobrecitos que no tienen. Descubramos la farsa antes que nos terminen de nublar la vista. Nosotros no necesitamos caridad, necesitamos atención urgente a nuestros problemas. Que el gobierno no lo entienda asi es su problema, pero que a nosotros no nos vendan gato por liebre